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La Turquesa

Es una piedra femenina, relacionada con la energía lunar de las emociones.

Afín al plexo laríngeo, cardíaco, del entrecejo y en el plexo solar.

A nivel físico, el color azul verdoso, reúne todas las propiedades curativas, se la recomienda para afecciones respiratorias, laringe, bronquios, pulmones, para amigdalitis, difonía, afonía, tos, falso crup, difteria, bronquitis, asma de origen bronquial y regulariza la glándula tiroides.

-Estimula la glándula pituitaria de un modo muy beneficioso.
-Proporciona sensación saludable al organismo.
-Posee poderes curativos gracias a su alto porcentaje de cobre.
-Actúa con eficacia en dolores de nuca, problemas en los conductos nasales y membranas mucosas.
-Excelente para la vista y los ojos.

La turquesa actúa sobre la comunicación y la facilidad de palabra, ya que aumenta la capacidad creativa del pensamiento.
Se la utiliza como amuleto para prevenir el mal de ojo, los hechizos y la magia. Absorbe la energía negativa.
Mejora la absorción de los elementos nutritivos por lo tanto es muy útil para combatir la anorexia.
Intensifica su acción en el campo emocional, deparando perspectivas de futuro.
Favorece la apertura del corazón a las emociones y estímulos de los demás.
Aumenta la memoria.

En meditación, se aplica en experiencias relacionadas con nuestro pasado.
Facilita la expresión equilibrada de la emoción, paz de espíritu, comunicación y equilibrio emocional, actúa sobre el chakra de la garganta.

Asociada con Tauro, Libra y Sagitario. Tiene fama de aportar el amor y fomentar el valor. Dícese también que protege contra la violencia de palabra y hecho. Sirve además para reducir las tensiones corporales y mentales.

Para activar la comunicación.
Contra la fiebre.
Los árabes la conocen como Fairuz o piedra de la suerte, se monta en anillos, collares y pendientes. Eficaz contra el mal de ojo y las afecciones oculares.
Fuerza, Equilibrio, Vitalidad.
Es muy efectiva para problemas respiratorios, alergias nerviosas. Elevación espiritual.